
Se puede dejar de consumir comida procesada? En estes post les quiero compartir nuestra experiencia en el cambio de alimentación.
Esta es la pregunta de muchos padres como nosotros que sabemos que podemos mejorar la nutrición de nuestra familia pero tenemos dudas y los fantasmas que son impuestos como a cualquiera que se quiere desviar del camino del montón. A nosotros nos pasaba que por años estuvimos tratando de dejar el gluten, ya que se sabe que el gluten es perjudicial para muchas condiciones pero especialmente para el autismo. Si bien cuando eliminábamos el gluten notábamos cambios positivos en el comportamiento de nuestro hijos lo hacíamos reemplazándolo por harinas sin gluten. Estas alternativas no fueron prácticas y encima eran costosas. Con el correr del tiempo el mercado del “Gluten free” fue creciendo lo que abarató los costos, e inundó las gondolas de los supermercados con más productos. El problema era que nuestros hijos seguían con sobrepeso y no veíamos que estos productos libres de gluten aportaban nutrientes. Entonces caíamos en la siguiente pregunta: reemplazar una harina por otra? Qué sentido tiene? Además también descubrimos ingredientes como azúcares, endulzantes, conservantes, colorantes y otros tantos ingredientes en productos supuestamente “saludables” como cereales, pastas, barritas, galletas, etc. En otras palabras estábamos gastando una fortuna en productos que no aportaban la nutrición que buscábamos para nuestra familia. Llegamos a la conclusión que la industria de la comida es engañosa, la dieta típica de una familia, en este caso americana es terriblemente pobre en nutrientes y rica en conservantes tóxicos, colorantes, etc, pero si quieres algo más saludable, la misma industria te provee de alternativas más caras pero casi igual de pobres en calidad. Por ejemplo, qué diferencia tiene un jugo para niños con azúcar colorantes, conservantes etc, con respecto a su competencia “orgánica” cuando este está envasado en plástico, tal vez con menos colorantes pero con azúcar también y conservantes? Qué estamos consumiendo? Cuán mejor es esta alternativa? O es sólo que te sientes mejor porque gastas más dinero en alimentar a tu familia creyendo que adquieres más calidad. Bueno al menos nosotros caímos en la cuenta que eso es precisamente lo que la industria quiere que creamos. Consumidores tontos que solo gastan a ciegas sin exigir calidad, son perfectos para una industria que sólo piensa en las ganancia$ y no en la salud de sus cliente.
Cuál es la alternativa para una familia de siete integrantes como la nuestra? Sabemos lo que tenemos que hacer pero no nos ponemos firmes para tomar la decisión que nos cambiaría la vida.
Finalmente en Mayo del año pasado (’18) hicimos el cambio más brusco con respecto a la alimentación, dejamos de comer todo tipo de alientos procesados. En casa desaparecieron las pastas, los cereales en caja o bolsa, las galletas, el pan de todo tipo y el arroz. Fue un cambio fuerte y los chicos no lo entendían al principio, ahora en su plato tenían ensalada y verduras al vapor con alguna proteína como carne o pollo. No estaban muy contentos, por el contrario de quejaron muchas veces, pero a la segunda semana estaban y habituados a los nuevos colores de la mesa.
Qué nos llevó a hacer semejante cambio?
Como nuestros dos hijos tienen autismo, sabemos que la alimentación sin gluten ayuda a prevenir los comportamientos no deseados, entre otras complicaciones como la inflamación general que provoca en el cuerpo. Al mismo tiempo en casa estábamos enfocados en reducir la cantidad de basura que producimos. Esto nos llevó a tomar conciencia de ver de dónde provienen los desechos que hacemos en casa. Fácil, la mayoría provenían de los envases de comida, jugos, cereales, cajas de fideos, envases de leche. Entonces nos pusimos a analizar cuando nuestros hijos se ven más ansiosos, más hiperactivos y cuáles son los alimentos a los que son adictos. si adictos, leíste bien, es fuerte esa palabra pero es la correcta. Obviamente mis hijos estaban pasados de harinas blancas y azúcar. Casi todos estában con sobrepeso. A males grandes, grandes remedios…
Entonces con mi esposo decidimos dejar la comida procesada por completo. Nos comprometimos a cocinar desde la base sin aditivos, no conservantes, colorantes o ingredientes que contengan palabras que no podamos decifrar.
La lista de compras sería sencilla algo así como:
- Carne
- Pollo
- Pescado
- Huevos
- Mantequilla
- Frutas
- Verduras
- Especias
- Frutos secos
- Aceite de Oliva
- Aceite de coco

Algunas reglas nuevas a la hora de la comida.
Para no ser tan duros con los chicos ante este cambio. Les propusimos que deben servirse en el plato, la proteína, y probar los vegetales y elegir una ensalada y al menos otro color (o sea otro vegetal). De esta manera si bien no estaban obligados podían elegir sus opciones y esto los pone en una situación un poco más cómoda. La comida era acompañada sólo con agua a la que en veranos saborizamos con hojas de menta o limón.
Los beneficios de una alimentación saludable ~ Qué cambios vimos?
Además de las caras largas de los primeros días, notamos cosas mucho más positivas. Los chicos se servían la comida a gusto con el correr de los días y no lo hacían con la ansiedad, que les producían las pastas o el arroz. Nos dimos cuenta que comían por necesidad y no por impulsividad. Sus platos eran ahora más coloridos y menos abultados. En general vimos como los chicos entendieron la idea, poco a poco hicieron sugerencias de platos que podíamos implementar, como espaguetis de zapallitos o arroz de coliflor.
También notamos cambios en la conducta.
Uno de los cambios más asombrosos fue ver cómo los chicos bajaron los decibeles. En otras palabras estaban más tranquilos, menos excitados, menos hiperactividad, mejor comportamiento. Los notamos más concentrados en sus actividades diarias. También notamos que estaban más organizados y claros en sus ideas y conversaciones. Por ejemplo a la hora de la cena, que es a la hora que todos nos reunimos todos luego de las actividades del día, las conversaciones de la mesa se ponen más interesantes. Ahora acostumbrados a los diferentes colores de la comida la discusión pasa por otro lado y no en la queja o mala cara de las primeras semanas comiendo saludable.
No tardamos en recibir feedback de las maestras y profesores de la escuela, todos mencionando que el rendimiento académico había mejorado notablemente. Los profesores Lucas (17) nos comentaron que él, estaba más abierto a las discusiones en clase así como también más participativo. Lucas fue siempre muy responsable con la tarea pero ahora vemos que trabaja más rápido y con mejor calidad. Evidentemente pone mucho de su parte pero estamos convencidos que también ahora cuenta con mejor predisposición física gracias a los cambios impuestos desde casa.
Cómo ajustamos nuestra vida social y nuestra alimentación.
Me imagino que si leíste hasta aquí te preguntas cómo hacemos cuando vamos a cumpleaños, fiestas y reuniones con amigos o familia? Es todo un reto pero lo tomamos con calma. Cuando vamos a la casa de otras personas mis hijos tienen permiso de comer lo que quieran. Pero al principio esto causó algunos inconvenientes, por ejemplo mis hijos comieron pasta y les cayó super mal. Me dijeron que la pasta estaba mala o cosas así. Pero les expliqué que no es así, lo que pasa es que sus cuerpos cambiaron y ahora no les sientan bien las comidas que antes les eran habituales.
Otro tema fue recibir gente en casa, esto sucede seguido para nosotros ya que tenemos mucha familia. Con mi esposo decidimos no hacer cambios por esta razón. Para las visitas vamos a preparar lo mismo que nosotros comemos y hasta ahora todo el mundo se va encantado. Muchos se sorprenden de lo bien que se puede comer sin pan, ni arróz, ni pasta comprada en la mesa, por el contrario se van maravillados por la cantidad de colores y texturas que servimos.
Otra situación fueron las vacaciones, todos nos decían que era imposible comer sano cuando uno está fuera de casa. Pero nos sorprendimos a la vuelta de las vacaciones cuando nos pesamos y descubrimos que todos habíamos perdido peso. Es que aunque con mi esposo impusimos algunas reglas, comimos como reyes. Las reglas fueron: en los restaurantes no tomaríamos sodas o gaseosas ni jugos (esto nos ahorro como $30 en cada comida!), sólo agua, además ordenaríamos comidas saludables, en vez de pollo frito, carne con ensalada. Los postres serían ordenados día por medio y como snack sólo comeríamos chocolate 80%, palomitas con sal o frutas. En el hotel no nos faltaban frutas como blueberries, fresas ( porque son bajas en azúcar) y también bananas para los desayunos. En otras palabras lo mismo que pasaba en casa seguía pasando durante las vacaciones. Pero en estas vacaciones todo lo disfrutamos mucho más, teníamos ganas de hacer muchas más cosas, nos sentíamos livianos y fuertes. Podíamos nadar por horas y horas, hicimos caminatas y jugamos tenis y hasta hicimos paseos en kayak, con lo que esto cansa!
Creo que durante estas vacaciones aprendimos mucho de nosotros mismos y tuvimos una visión de hacia dónde queremos ir en lo que concierne a nuestra salud y estilo de vida.
Si te interesó el tema, déjame tu comentario. Quiero escuchar de tí.
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