Las mamás de niños especiales celebramos muchas logros que, las mamas de niños típicos muchas veces se les pasa casi sin importancia. Cada logro es un gran triunfo, una celebración, una medalla en nuestro pecho. En el caso del autismo cada palabra es un milagro o hasta una señal dicha con sus manitos, es para nosotras una luz de esperanza. Es mas hasta cuando los niños con autismo nos miran a los ojos es un milagro. No puedo explicar la alegría que se siente cuando nuestros hijos quieren comunicarse y lo logran.
La primera vez que mi hijo me dijo “te amo”, nunca lo voy a olvidar. El decía te amo pero por repetición. Pero una noche después que lo puse en la cama y cerré la puerta de su cuarto me llamó y me dijo – “Mamá”, y cuando me di vuelta a mirarlo, me dijo: “te amo”. Casi me muero de la emoción, no pude contener mis lágrimas, ni quería tampoco, quería saltar de alegría! El tenia como 4 años, Gracias a Dios él no tuvo ausencia del habla pero si un retraso importante. Por lo cual tiene terapia del habla desde que fue diagnosticado con autismo a los tres años.
Lucas estuvo en clase especial desde siempre hasta este año, el cursa sexto grado en un aula con alumnos típicos, y con una asistente. Esta fue una decisión de nosotros sus padres tomamos por pedido de Lucas.
Para mi, los logros mas importantes de mis hijos son a nivel social, su comportamiento, sus relaciones personales. Esta misma semana paso algo muy interesante y se les quería compartir.
Estando en el supermercado en la fila para pagar se acerca hacia nosotros una mujer de edad avanzada, le habla a Lala mi hija de 6 años y le comenta acerca del pan que estábamos comprando, Lala la mira asombrada y le sonríe, pero Lucas que venía de traer algo le pregunto a la señora qué era lo que le decía a su hermana. La señora le dijo que era algo entre ella y Lala, que la próxima vez hablaba con él, se dieron la mano, Lucas sonrío, poco después (mientras yo acomodaba los productos para pagar), la mujer les comenta que se no sabía donde estaba su marido, Lucas le pregunta cómo lucía su esposo, ella desorientada, levanta los hombros y le contesta tiene cabeza blanca. Yo no quise intervenir y me contuve, pero me di cuenta que Lucas estaba muy atento en la situación. Saludo a la cajera disponiéndome a hacer la transacción y comentamos algo, en eso me doy cuenta que Lucas no estaba a mi lado, como él acostumbra a acomodar los productos y ponerlos en las bolsas, esta vez estaba del otro lado de las cajas con esta anciana y exclama – “es ese tu esposo?” La mujer contesta muy contenta – “Si, es él!” Lucas la acompaña hasta reunirse con su marido, la gente aplaude. A mi me temblaba el cuerpo, ver a mi hijo solidario, como un caballero con una total desconocida. Muchos notaron esa situación pocos saben que Lucas tiene autismo. Un diagnostico que dice: “dificultad en la interacción social” entre sus síntomas. Y si, Lucas tiene grandes dificultades a nivel social, pero verlo preocupado por su entorno, es una señal de progreso. Estas situaciones me recuerdan, mi hijo no es el Autismo, mi hijo es mucho más que una etiqueta que los médicos y especialistas le otorguen, mi hijo tiene valores y es capaz de ayudar a los demás.
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